Andalucía y Alicante se hermanan en el primer proyecto propio de Juanlu Parra, que después de ocho años en el Grupo Dani García ha aterrizado en la ciudad para abrir este bistró mediterráneo de apetecibles platos pensados para compartir. Lo único que aquí no se comparte son las ostras nº 2 Fine Cadoret, con las que puedes ir abriendo boca.
Sus imprescindibles son la ensaladilla con tartar de atún rojo salvaje de almadraba y huevo frito, el gazpacho verde con verduritas y quisquillas de Santa Pola o el arroz seco de anguila ahumada, coppa de vaca vieja y nori. En los detalles también son impecables: sirven un pan artesanal de masa madre del Horno Rafelet con aceite Castillo de Canena variedad arbequina y mantequilla de oveja de la Quesería Calaveruela de Fuente Obejuna, Córdoba. Deja hueco para el postre, porque tiene una de las mejores tartas de queso (payoyo, claro) de la ciudad.
Las paredes de piedra las decoran los cuadros de su pareja, María García, con la que ha emprendido el restaurante, para crear un ambiente acogedor en el que también destacan sus estanterías con jarras y botijos de cerámica.